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domingo, 20 de enero de 2013

ESTE NO ES UN POST NI DE IZQUIERDAS NI DE DERECHAS


No lo es. La denominación "izquierda" y "derecha" ha cambiado tanto a lo largo de estos 224 años que ha perdido toda significación. Estos términos son obsoletos para los tiempos que corren. Yo lo cambiaría por políticas "pro-personas" y políticas "pro-materiales". No son necesariamente respectivas. Como he dicho, las cosas han cambiado mucho desde que aquel verano de 1789 un grupo de "indignados" tomó la Bastilla. Desde entonces en Europa hemos sufrido el paso de dos grandes guerras y de grandes crisis como la actual. De cara al mundo, la cosa no ha estado mejor. Dos siglos y pico dan para mucho y la humanidad se ha degradado tanto que lo que se disfraza de crisis económica (comparable en esos términos al Crack del 29) no es más que una crisis de valores.

Para empezar, me gustaría recalcar la diferencia entre capitalismo y materialismo. El capitalismo es un sistema económico que puede funcionar más o menos, mejor o peor. El materialismo es un sistema de valores que se basa en la consecución de bienes materiales y su acumulación masiva, sin importar las consecuencias de estas acciones. No vivimos en un mundo capitalista señores, vivimos en un mundo materialista. Marx ya intentaba marcar esta diferencia, pero él siempre relacionó ambas cosas. Para mí, un capitalista es ese autónomo que se levanta temprano, abre su tienda y ofrece sus productos a terceras personas que le pagarán por su trabajo. El materialista es aquel que se levanta, compra todo lo de la tienda, roba lo del establecimiento de al lado y si viene alguien pidiendo se lo oculta o se lo vende por el doble.

El problema viene cuando, además, esta clase de sujeto adquiere un poder y responsabilidad que le dan mayor autonomía para llevar a cabo sus actos. El poder le corrompe (más si cabe) y la responsabilidad le viene grande. Si alguien pide explicaciones, es culpa del que estuvo antes. Si se reclaman ayudas sociales, primero evalúa qué le reporta a él. Generalmente, este tipo de persona es un mediocre, que siempre tiene a alguien por encima de él y por debajo un puñado de personas más capaces, pero desinformadas. Un tipo que no vale para gobernar (y esto significa guiar y dirigir a un grupo de gente hacia un bien común) pero tampoco para ser gobernado, pues jamás pensará en algo que no sea su ego.

Creo que en la actualidad no hay ni un solo líder que represente el ideal de gobernante o que siquiera se acerque. Dictaduras que se disfrazan de democracias, idiosincrasias caducas que aún coletean, sujetos acomodados que prefieren dejarse hacer y, lo peor de todo, ese materialismo que se deja sentir en cada rincón. Como si de la gran peste de 1348 se tratase, se propaga por el mundo a través de Internet, la televisión, la prensa (que no digo que sean malos en sí mismos, sino que se utilizan en nuestra contra). Gana el morbo a la transparencia. Se trivializan los temas importantes o se imponen tabúes absurdos. Y los jóvenes no quieren aprender y los viejos no quieren enseñar.

Los de arriba se mantendrán impasibles hasta que les llegue de frente una gran masa, pero no ciega y vociferante, guiada por mediocres con intereses propios, como lo fue siempre. Esta vez, las claves residen en la tolerancia, el conocimiento y la autocrítica. Con estos tres valores, esa masa puede convertirse en algo más grande, más legítimo, más convincente. No hace falta que todos busquemos lo mismo, sólo que nos respetemos, porque al término de todo está el bien común. La libertad. Y la libertad no es de izquierdas ni de derechas. Es de las gentes. 

3 comentarios:

  1. José Luis Romero21 de enero de 2013, 0:23

    Lamento decir que es difícil superar el número de barbaridades devenidas en tópicos solo en los dos primeros párrafos: izquierda y derecha han perdido sus sentido porque "las cosas han cambiado mucho" desde 1789, porque no vivimos una crisis económica sino "de valores", porque no vivismo en un mundo capitalista sino "materialista", una diferencia que Marx yerró en señalar porque el capitalista es el autónomo... En fin, así entendemos la realidad todavía a estas alturas y así nos va.

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    1. Se puede estar en desacuerdo con lo que escribo, pero me gusta que se den argumentos para saber si tengo que retractarme sobre algo. De momento, me mantengo, pero te animo a que defiendas tu postura.

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  2. Pues menudo comentario, que barbaridad, con este tipo de críticas "constructivas"... así nos va...

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